Género: Hip Hop. Cantidad de temas: 14. Año: 2008. Sello: Warner.
Cuando el disco debut de un rapper arranca con los dramáticos acordes de la Sinfonía “Leningrad” del ruso Dmitri Shostakovich interpretados por una orquesta filarmónica, y convierte aquellas melodías en el leit motiv del álbum, no hay dudas de que hemos dado con una de esas perlas cada vez más difíciles de encontrar en el empantanado mundo del hip hop contemporáneo.
Y así se presentó en 2008 el alemán Peter Fox, con el que hasta el momento es su único trabajo en estudio, “Stadtaffe” (Mono de Ciudad). Un trabajo inteligente y provocativo, que propone un hip hop que se aleja de los clichés y modismos norteamericanos o las posturas gangsters que son casi hegemónicas en el rap del siglo XXI.
No hay mejor carta de presentación para este artista que “Alles Neu”, primer corte que abre el disco con ese toque orquestal de cuño shostakovichiano que se convierte en la marca de identidad del álbum. Urbano, ambientando un encierro de otro tipo de ghettos (la Sinfonía de Shostakovich tomada como motivo fue compuesta en 1941 en homenaje a una Leningrado por entonces sitiada por los nazis), contagiosamente rítmico, incómodamente rutinario como los monos de oficina que desfilan en sus videoclips.
En “Alles Neu” se alcanza el punto óptimo de ejecución instrumental entre los principales músicos del disco: la Deutsches Filmorchester Babelsberg para los arreglos orquestales, los norteamericanos Cold Steel Drumline (banda estable de la de la NC A&T State University) en la percusión y DJ Illvibe en la electrónica.
“Das zweite Gesicht” comprueba que los arreglos de cuerdas son la compañía perfecta para el flow sobrio y parco de Fox. Dramatismo y tensión argumental, que funcionan como banda de sonido de alguna historia de la cual podemos suponer su argumento aunque no comprendamos las palabras de sus protagonistas. O también para que la sección de violines aporte aires de romanticismo en la balada “Ich Steine, Du Steine”.
El disco, completamente cantado en alemán, ofrece momentos imprevisibles como la combinación de la cadencia del dancehall jamaiquino y el áspero fraseo en letras cantadas por Fox. El resultado es bueno, muy bueno; como lo prueban “Schwarz zu Blau”, “Der letzte Tag” y “Lok auf 2 Beinen”.
Con coherencia estilística, el disco va moviéndose con curiosidad por diferentes ánimos y cromatismos. Mientras que la variante más dura y urbana del estilo jamaiquino trasplantado al cemento de Berlín es “Stadtaffe”, las cadencias caribeñas y el reggae se cuelan en “Haus am See”. El trabajo rítmico a cargo del DJ Illvibe (mano derecha de Fox en el disco) tienen sus mejores expresiones en “Kopf verloren”, y la influencia oriental del barrio turco berlinés se adivina en “Schiüttel deinen Speck”.
El disco cierra con dos instrumentales que se extienden hacia los polos estilísticos desarrollados a lo largo de los temas que los preceden. Vuelve el expresionismo orquestal casi en loop en “Shostakovitchovitch” (donde se luce más que nunca la Orquesta Filarmónica de Babelsberg), mientras que las melodías livianas y el calipso dan fin al viaje con “Saint Tropez”.
El éxito y las repercusiones de este disco debut fueron tales, que colocaron a Peter Fox entre los artistas más vendidos y más descargados en Internet. La gran exposición repentina lo llevó a colaborar con numerosos artistas, apariciones televisivas y presentaciones en gran cantidad de festivales.
Demasiada presión y stress hicieron que el cantante se refugie en su banda paralela Seeed, de perfil más bajo. Mientras, la esperada continuación de “Stadtaffe” siga en suspenso, todavía a la espera para ver cómo sigue la evolución darwiniana de la supervivencia del más apto en el terreno del hip hop global.